Crítica - El perfume (que buen olorcillo, oigan)

Para no perder la rutina de esto de las críticas cinematográficas, que se que os molan cantidubi chicos, os contaré lo que me pareció El perfume.
Para los que no hayan leído el libro, narra la vida de un joven huérfano llamado Jean-Baptiste Grenouille, nacido en la zona más pestilente de París y abandonado por su madre justo después de nacer (lo digo literalmente, cordón umbilical incluido). Pero Jean-Baptiste había nacido con un talento natural, tenía el sentido del olfato muchísimo más desarrollado que una persona normal, cosa que le hará guiarse más por los olores que por sus otros sentidos. Pasan los años y Jean-Baptiste se pone a trabajar en una curtilería hasta que encuentra a una mujer que desprende un olor fascinante, y que desea apoderarse de él y hacerlo suyo. Nuestro protagonista asesina sin querer a la chica y descubre que los olores no perduran eternamente, así que acude a un famoso perfumista para que le enseñe a conservar los olores.
Pasan los meses y las enseñanzas del perfumista no consiguen acabar con la curiosidad de Jean-Baptiste, hasta que encuentra a una noble muy parecida a la chica que asesinó y eso le motiva a crear el perfume perfecto, cosa que conllevará una serie de asesinatos de mujeres a sus espaldas.
Me ha alegrado ver lo bien tratada que ha sido la ambientación, vestuario y fotografía en este film, ya que son los aspectos más destacables de ella. El guión es muy fiel al libro, incluido su final, que es igual de descabellado que en la obra original, y cabe destacar el papel principal de Jean-Baptiste, que hace un papel fantástico y también la enhorabuena a las intervenciones de Dustin Hoffman y Alan Rickman en sus respectivos papeles, y a Rachel-Hurd Wood, que parece que su carrera como actriz novel está saliendo a flote.

Lo mejor: Ben Whishaw (Jean-Baptiste) y la fotografía.
Lo peor: Que si hubiesen cambiado el final la película habría mejorado lo suyo.
Nota: 8/10