Vale, empecemos hablando un poquito de qué va esta peliculilla: en una pequeña aldea situada en mitad del bosque se vive con tranquilidad y placidez hasta que unos invasores (también mayas) masacran la aldea y se llevan a unos cuantos aldeanos de prisioneros, entre ellos, Garra de Jaguar, el protagonista de esta historia. Y es que estamos en plena decadencia del imperio maya, una epidemia acecha a las grandes ciudades de esta civilización y como solución más evidente encuentran la de construir más templos y aumentar el número de sacrificios diarios, a ver si los dioses están de buen rollo y dejan de putearnos. Pero claro, como el protagonista es un buenazo y además, espabilado (fijaos sino cómo se fabrica una cerbatana en 30 segundos) y es el único que consigue escapar con vida para volver a la aldea y rescatar a su esposa e hijo, que habían quedado atrapados en una brecha sin posibilidad de salir ellos solitos.
Visto así parece una peli repleta de acción, con un guión sencillo y sin mucho fundamento; nada más lejos de la realidad, pero el señor Gibson consigue darle un estilo personal impecable, con una fotografía abrumadora y una soltura en los personajes protagonistas asombrosa. Puede que en algunos momentos el guión cojee un poco (a veces se hace un tanto larga) pero Mel consigue suavizarlo incluyendo gags que son de agradecer (si es que es un cachondo este Gibson). Lo mejor: La cojonuda puesta en escena y los personajes.
Lo peor: La susceptibilidad hacia Mel Gibson y que el guión daba más de sí.
Nota: 8/10